Soy abogada ambientalista colombiana. Hace más de 15 años, al igual que comunidades y colegas, vengo trabajando para detener las fumigaciones aéreas en cultivos de uso ilícito con glifosato y otros químicos en mi país. Estas aspersiones, además de causar daños ambientales y sociales, son nocivas para la salud humana y pueden incluso causar cáncer.

El próximo 14 de mayo, el Consejo Nacional de Estupefacientes (CNE) decidirá si esta práctica continúa. ¡Es una oportunidad que debemos aprovechar para pedirle al gobierno que suspenda de inmediato las fumigaciones aéreas con glifosato y otros químicos dañinos!

Mi trabajo me ha permitido conocer de cerca los daños que las fumigaciones con mezclas tóxicas causan en las personas que no tienen nada que ver con los cultivos de uso ilícito, ya que se realizan indiscriminadamente sobre casas, granjas de animales y fuentes de agua.

Estudios científicos independientes evidencian que las fumigaciones son ineficientes pues no han reducido los cultivos de coca y de amapola. Por el contrario, han destruido bosques y afectado poblaciones, incluyendo grupos étnicos. Altas Cortes en Colombia han pedido suspenderlas, basados en el principio de precaución, órdenes hasta ahora incumplidas 

Hace poco, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer de la Organización Mundial de la Salud (OMS), determinó que el glifosato usado en las fumigaciones puede causar cáncer en los seres humanos. El Ministerio de Salud de Colombia entendió el riesgo y recomendó al Consejo Nacional de Estupefacientes suspender inmediatamente estas fumigaciones. Los impactos negativos del glifosato están más que demostrados.

Estas fumigaciones también causaron daños en Ecuador. El tema llegó incluso a la Corte Internacional de Justicia y, como resultado, el gobierno indemnizó a Ecuador y se comprometió a frenar las fumigaciones en la frontera para proteger a los ecosistemas y habitantes ecuatorianos. Sin embargo, no le ha dado la misma protección a Colombia.

Si persisten las fumigaciones, los daños a la salud y el riesgo de cáncer para las personas continuará. También continuarán los impactos a ecosistemas ricos en biodiversidad y a las especies que viven en ellos (peces, anfibios, roedores, insectos y plantas endémicas), la contaminación del agua, y la destrucción de bosques y cultivos de alimentos que son fuente de subsistencia de muchas comunidades.

Asimismo, familias enteras seguirán siendo desplazadas de sus territorios por la violencia de las fumigaciones, las presiones para cultivar y la falta de alternativas a los cultivos de coca y amapola. Existen alternativas más humanas y sostenibles que deberían implementarse.

¡Firma y pídele al Presidente Juan Manuel Santos y al Consejo Nacional de Estupefacientes que suspendan inmediatamente las fumigaciones aéreas de cultivos de uso ilícito con glifosato y otros químicos nocivos para la salud humana y el entorno natural en Colombia!

¡Ayúdanos a detener estas fumigaciones perjudiciales para las personas y el ambiente!

Para más información visita: www.aida-americas.org, www.indepaz.org.co, www.wola.org y www.lawg.org

Gracias,

Astrid Puentes Riaño

Co-directora Ejecutiva de AIDA